"Tiene 20 años y es virgen". Eso fue lo que le dijo Marcela al tipo que tenía a Soledad borracha en la cama del cuarto de la muchacha del servicio.
Ese viernes ella sabía que él, eventualmente, llegaría a visitarla a ella con la excusa de visitarlos a todos. "Hola muchachos, mi señora no está. Qué les parece si nos vamos para mi apartamento y nos enrumbamos allá, yo pongo el trago y la comida". Fueron todos, todos tomaron, todos se emborracharon. Todo eso para tener la excusa de emborracharla a ella. Lo logró.
Cuando llegaron a su casa hicieron un recorrido: "la polvera" dijo cuando les mostró el cuarto matrimonial.
Esa noche, o mejor, ese amanecer, después de que todos los demás invitados se habían ido, tuvo relaciones con ella 7 veces. Una niña de 20 años que era virgen.
Marcela entró por ella al cuarto de la muchacha del servicio:
"Soledad, ¿cuatro por cuatro?"
"¿Qué?"
"¿Cuatro por cuatro?
"¿Doble tracción?"
"No Soledad, ¿cuatro por cuatro?"
"¿16?"
"Ella se va a quedar acá" dijo el tipo, tomando a Marcela por el brazo y quitándosela del lado. "Tiene 20 años y es virgen" alcanzó a decir Marcela antes de irse definitivamente.
Se sintió como un aguijón. Sin juego previo, sin cuidado, sin condón. Siete veces. Sangró y sangró.
Su corazón cambió.
Así, justo así, es como llega la vida y nos golpea, así, justo así, es como se pierde la inocencia... lo de la virginidad fue una desafortunada coincidencia.
domingo, 11 de julio de 2010
Por qué
Porque quiero hablar de sexo. Porque no me siento cómoda hablando de sexo desde mi identidad real. Porque quiero hablar de mi corazón y de mi cuerpo. Quiero procesar escribiendo las historias de las que hago parte. Porque han dicho (he leído) que no puede hacerse bien hecho, quiero ver cómo me sale a mi si me propongo hacerlo.
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