martes, 21 de diciembre de 2010

Ven

Al parecer ni tú ni yo lo diremos otra vez directamente. Me muero por verte.

Todos los días en las mañanas y antes de quedarme dormida imagino que llamas a una hora indecente. Imagino que no dices mucho, pero sé que quieres verme. Supongo que otra vez mi corazón querrá desprenderse mientras espero que nuevamente estés, por última vez y otra vez yéndote.

Pero me muero por verte.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Maneras, modos y estilos singulares

Y nos hemos vuelto amigos... Ninguno buscaba el amor y sin planteárnoslo tácitamente llegaron las reglas claras de esta relación que ya tiene un año y medio. Que se suspende sola, como lo ha estado los últimos 3 meses. Que está suspendida porque, sin preguntármelo, él nota que estoy enamorada.

Ahora él se está enamorando. Ha terminado con la novia que tenía y ha conocido a una bloggera en común (para no decir amiga en común, que lo es). Ella me parece una belleza y sin duda harán una pareja linda, me alegra de todo corazón. Me ha dicho las cosas más tiernas que jamás podría oírle de otra manera, es decir, son para otra persona. Las palabras que a mi me dedica no son para nada tiernas.

Esa situación nos ha llevado a tener las conversaciones que en un año y medio no habíamos tenido que tener.

Y nos hemos vuelto amigos... y no sentimos ninguno de los dos que haya pecado o culpa o algo siquiera ínfimamente malo en lo que hacemos... somos dos personas que tal vez entienden la mínima diferencia entre sexo y amor y que además podemos (no sé cómo) mantener clara la distancia entre ambas cosas.

Ha dicho, y le creo, que quiere portarse bien.

Y ayer me llamó con cara de "veámonos", aunque no lo hicimos.

Y le creo que sigue portándose bien.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Imágenes

La sombra de sus pies en el resquicio de mi puerta...
Tenerlo por fin en en ella...
Ser incapaz de sostener su mirada...
Abrazarlo y sentir que ese abrazo fue eterno...
"El sonido de nuestras respiraciones más fuertes que nuestros pensamientos"
Sus brazos, sus manos, acariciando todo mi cuerpo...
Su olor... agradecer que me gustara, lamentar (muy poco) que me gustara...
Mirarnos por momentos...
Nuestros labios que se juntaron sólo por un segundo...
Nuestros besos...
Mirarnos juntos en un espejo....
La necesidad de tocarnos, la facilidad para hacerlo...
Lo natural y cómodo que se sintió todo su cuerpo...
Relacionar su voz y sus gestos...
Verlo...
Verlo mirarme, verlo excitado, verlo desnudo, ver todo su cuerpo...
Sentirlo...
Saber de emociones por dos meses contenidas... darles tiempo...
Elevarme, dejarme llevar, explotar de deseo...

Verlo sonreír, verlo hacer sus chistes, que muchas veces no son tan buenos...
Conversar abrazados donde sólo el abrazo es nuevo...
Leer juntos, verlo fumar, cantar Resistance con un barítono nicoténico...

Abrazarnos, darnos todos los besos...
Sentir real la fantasía de quererlo...
Poderlo amar...
Poder decírselo...
....
Poder llorar un momento...

Verlo irse y volver...
Verlo irse, para no volver...

A falta de las fotos que no tendremos, imágenes para mis recuerdos.

(Esta entrada jamás tendrá una imagen que la acompañe)

lunes, 25 de octubre de 2010

Life comes around...

Ayer pensé mucho en M.

M, quien tuvo que aguantar toda mi honestidad brutal. M, que no hizo ni una pregunta fácil y para quien no hubo ni una sola respuesta fácil. Para quien todas las respuestas fueron las más honestas que pude dar.

M llegó a mi vida en el momento de mayor estabilidad emocional a hacerme evidentes grandes cosas acerca de mi que necesitaban despertar. Vino a decirme que una cosa es ser fiel y otra leal. A enseñarme que la vida es la vida, la que siempre traerá (si uno está dispuesto para eso) cosas nuevas y maravillosas de las que uno no se querrá librar.

M, para quien escribí, sin que fueran para él, los primeros ensayos que me parecieron a mi realmente buenos, para quien escribí, sin que fuera para él, la única composición musical que he hecho en mi vida... M, quien despertó en mi a profundidad la necesidad de sentirme artista. M quien me parece a mi un artista. M, por quien conservo el cariño intacto igual al de aquellos días. M, quien, inexplicablemente, todavía me ama.

M, de quien todo tomé, le di lo único que podía darle, toda mi honestidad brutal. M. A pesar de todo lo que me dio, yo por él no iba a arriesgar mi muy cómoda estabilidad emocional. M, de quien tampoco me quise librar.

J no se merecía saber ni sufrir por M. M se merecía entender todo sobre mi. Si hay amor en la honestidad brutal y de todas maneras hay ciertas cosas que ocultamos a quienes amamos para no causarles daños innecesarios, tengo que concluir que "amor" no es lo mismo que "verdad".

Entiendo todo, porque ahora el lugar de M lo ocupa Soledad... life comes around.

viernes, 15 de octubre de 2010

La explicación implícita

El tono del blog ha cambiado. He intentado, desde que comenzó, escribir un post sobre el sexo con amor y no he podido. No soy capaz de exponer claramente el revuelto del corazón y del cuerpo.

El sexo entre dos personas que se aman está protegido por algo importante del alma. Es el más vulnerable, es el que más cuidamos... No se expone fácilmente lo que se ama de verdad al juicio de los demás.

No digo que no lo haré. Digo que lo he intentado y no ha salido.

Ahora, que me he enamorado y que, claro, deseo a alguien con el alma y con el cuerpo, no puedo hablar del tema sin cuidarlo.

Podría decir que quiero tocarlo y que me toque. Que quiero recorrer con mi lengua toda su boca. Que deseo sentirlo en mi y saber cómo se siente su mano en mi cintura atrayéndome, acercándome, acomodándome... podría y ya lo dije... pero no sé por qué siento que diciéndolo conjuro algo que no es tan bueno para el cariño que nos tenemos. Que hay algo más puro en todo lo que sentimos y que el sexo que podría acompañarlo tendría que estar lleno sólo de nosotros y no de las miradas de nadie más ni de las lecturas de nadie más.

Siento que lo lleno de condiciones. Y no me gusta predisponer un encuentro. No me gusta llenarlo de requisitos... no quisiera que, de darse, seamos dos personas llenas de expectativas por derrumbar.

Por eso el tono ha cambiado, por eso el tema está velado... y bueno, tú lees este blog y no nos hemos acercado... qué quieres que te diga, no me lo estás facilitando.

Fuego

Hay fuegos que sólo se apagan cuando se dejan consumir del todo. No les vale echarles agua como si el frío que se necesita pudiera llegar de un golpe; hay que dejarlos ser y hay que permitir que, a su paso, nos consuman.

Me preguntas qué es lo más conveniente... y la pregunta es esa finalmente. ¿Quieres que nos veamos o no?, y contesto que no quiero verte 5 minutos, darte una abrazo y despedirme para siempre, eso, como esto, sólo nos dejará con ganas de más. Has dicho que eso es lo que quieres, verme muchas veces, yo también quisiera... pero ¿queremos o no apagar todos los sentimientos asociados al cariño?

¿Qué es lo más conveniente?

Lo conveniente lo dejamos atrás hace días... lo conveniente ya no se pudo.

Tengo una certeza.

Este fuego se consumirá contigo o sin ti. Y cada que me dejas, yo mato un poco el deseo y alimento un poco el deseo con mi imaginación.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Machismo

Publicar este post dará para que piensen de Soledad exactamente de la manera que este post plantea que lo hacen. Me da susto ese juicio pero de eso se trata el post. Se trata de que no importa lo que hemos hecho y se trata de que con base en esa información no puede hacerse un juicio sobre ninguna persona, básicamente porque primero tendríamos que juzgarnos a nosotros mismos y porque en definitiva, sería mejor que nunca juzgáramos a nadie


Yo, el machismo sutil en el día a día no lo veo, no creo que si una mujer es, digámoslo con toda la carga del lenguaje, "reprobable en conducta" existan hombres de hoy en día que decidan que, debido a eso, no es material para esposa... y sin embargo, así es.


Desarrollemos la idea.


Hace poco hablaba con mi papá. Jamás he recibido un juicio de su parte sobre mi conducta y él me conoce bien. Una vez me dijo: "Soledad, tu si te vas a casar... varias veces". Lo entendí como un comentario entre iguales. Si en ese sentido yo soy parecida a alguien es a él. Así que me pareció que mi papá estaba comparando su comportamiento con el mío sin hacer un juicio de valor. Simplemente mi papá entiende que yo soy yo y mis circunstancias.


La conversación trataba sobre una novia que él tuvo, que lo dejó por otro para casarse. Mi papá tuvo por ese motivo una tuza increíble que le duró mucho tiempo. Luego ella lo llamó. Se había separado. Lo invitó a su casa a una matada de marrano y estando allá mi papá la vio con otros ojos. "Se había vuelto una puta, ya no la veía como la mujer para mi".


Digamos que es cierto. Digamos que su ex novia se estaba comportando de la manera que mi papá pensaba que lo estaba haciendo. El punto es que a los ojos de mi papá ese tipo de comportamientos la hacían una mujer poco digna de él. Y yo amo a mi papá, pero, ¿quién se cree él en comparación con las circunstancias de esa señora? ¿Tanta cosa?


Mi papá en la vida se ha comportado peor. Y eso puedo decirlo sin saber bien cómo se comportaba la señora.


Así que sí. Mi papá me conoce.


Mi papá, que me ha parecido siempre de mente más abierta que muchos de mis amigos, sigue teniendo en ese sentido rezagos de machismo. Y estoy segura que muchos amigos que me conocen y que no son de mente tan abierta como mi papá, piensan de mi (sin conocerme bien, sin saber qué hago o qué dejo de hacer), exactamente como mi papá pensaba de esa señora, lo que a los ojos de mi papá será una falta de respeto por parte de mis amigos hacia mi.


Así que piensen en las hijas que tienen o en las que les han de venir... piensen en ellas y sean ejemplo de lo que quieren que sean, pero no sean tan hipócritas de ser y exigir en caminos opuestos y finalmente por más "santo" que sea uno, eso no tiene por qué exigírselo a los demás, porque la vida de cada uno es sólo de cada uno. Por supuesto que eso exige un nivel importante de reflexión, así que no espero mucho. La mayoría se mirarán y no encontrarán nada de lo que sentirse avergonzados, pero si lo trasladan a una mujer, les parecerá que sí. Para ayudarles a mirarse:


¿Han puesto cachos?

¿Han sido los cachos de alguien?

¿Han sostenido relaciones esporádicas o han tenido lo que se llama "sexo casual"?

¿Se han metido con alguien a quien acaban de conocer?

¿Han sostenido más de una o más de dos relaciones al mismo tiempo?

¿Han tenido relaciones sexuales con más de una persona en un mismo día?

¿Han participado en tríos?


Si contestan que sí a alguna de esas preguntas, contéstense si serían capaces de casarse con una mujer que conteste que sí a todas las preguntas.


PD: mi hermano dijo en estos días que creía que mi papá se había casado con mi mamá porque era una "buena mujer" (con todo lo que implica "buena mujer" lo que estamos implicando en este post)... estoy por creer que mi papá tomó esa decisión basado en esa estupidez. Mi papá es buena persona, mi mamá, sin duda, es una buena mujer, pero ese criterio (solo) para casarse con alguien es una estupidez.


Dicho todo esto, por favor vuelva a leer el párrafo inicial.

viernes, 8 de octubre de 2010

Un día pasaría

Que alguien me descubriría. No puedo andar cambiando mi tono, no puedo andar escribiendo como otra persona. Soy quien soy.

Nunca imaginé que me descubriría alguien que me gusta, alguien que quiero, alguien a quien hubiera querido contarle estas historias en circunstancia de poder matizar, porque aquí todo está tan franco, tan transparente, guardado detrás de un nombre que no es el mío. Nunca imaginé que me descubrirías tú. Tú que no me has visto en tu vida. Tú vienes y me descubres. Es la primera noticia que tengo de alguien que me descubre. Cuáles eran las probabilidades. Las calculé mínimas. Tuve cuidado, no te seguí con este nombre, me cercioré de no hacerlo... es decir, te dejé de seguir. Pero seguí a tus conocidos, sí. Y uno se interesó, y uno me trinó... Uno, a quien tú prestas atención.

Tú, que no me has visto en tu vida, me conoces tanto como para descubrirme.

Cómo quieres que no piense que eso es especial... cómo quieres que esté sólo triste, porque encontrarte aquí conmigo te causó tanto ¿dolor?, ¿rabia?, ¿desazón?... ¿decepción?.

No puedo. Te quiero... porque me conoces. I'm a part of you, yes.

martes, 14 de septiembre de 2010

Mi primera experiencia con el último secreto de belleza


Tengo una amiga, Isabel, con quien comparto la info de este blog, no a manera de texto sino en entretenidas conversaciones de mujeres, de las que después habrá que hablar a profundidad.

Isabel que es una amiga de las que uno no se encuentra todos los días, ha creado el texto que pego a continuación y, aunque ella tiene blog (yo tengo otro con mi nombre real), hay diferentes textos para diferentes escenarios y para diferentes públicos; este texto es como para este blog y como para ustedes, señoras y señores...

Isabel y yo hemos decidido incluir al final los comentarios que se han generado a raíz de este tema entre las amigas, todos copiados y pegados sin ediciones de ningún tipo y que nos parecen - a Isabel y a mi - igualmente graciosos.

Señoras, atentas, aquí va la receta última contra la vejez y sí, tiene que ver con el sexo, ¿no es acaso la vida maravillosa?:

"Resulta que mi socia, mujer de 40 años sin una sola arruga en la cara, la semana pasada me mostró una foto de ella hace 15 años, foto en la cual sale exactamente igual que hoy en día y me dio el tip: semen! Si señoras, semen a manera de crema antiarrugas, como este tip ya me lo habían dado y yo por escrupulosa ya tengo una buena pata de gallina, pues decidí dejar el asquito de lado y empezar a aplicar la técnica.

Lo primero fue contarle a mi señor marido a ver qué cara hacia y él como si nada dijo que buenísimo! Entonces yo muy valiente conseguí un tarrito para poner allí el líquido gelatinoso, que según las sugerencias de mi hombre debíamos almacenar en la nevera.

Primer detalle: yo conseguí el tarrito metálico, si ya sé que me van a decir que por qué, pues porque fue lo único que vi con el tamaño ideal, entonces mi marido lo primero que me dijo fue que ese no servía porque se oxidaba, yo ni siquiera había caído en cuenta.

Pues bueno sin tener tarrito porque no lo había conseguido, pues tiramos y yo no iba a dejar perder la formula de la eterna juventud, entonces lo primero que paso fue que cuando terminamos el muy querido me paso el condón lleno sin derramar una gota.

Yo nunca! Nunca! Nunca! Había cogido un condón después de, entonces primera sensación: esta vaina da un asquito! Si yo sé todo lo que había por fuera era mío, pero igual me dio cosita! Lo segundo: sacar la poción de allí… eso me pareció peor! Porque toca escurrirlo, entonces mientras yo hacía cara no se de qué, mi marido me miraba muerto de la risa. Tercer paso: echárselo en la carita! Yo, sin pensarlo mucho me lo eché, pero entonces decidí atacar toda la zona, esto era cara y cuello, sin caer en cuenta que si lo echaba cerca de la nariz, pues obvio: olía! Dio mío! Casi me muero, me alcanzaron a dar arcadas, entonces el muy proactivo, saco un tarrito de Vic Vaporuv para que me untara un poco en cada fosa nasal, según él, eso hacen los del anfiteatro y la verdad si alivia un poco.

Esta vaina se seco y claro ahí entendí cual era el truco, uno queda como si se hubiera llenado de botox, no se le mueve ni un musculito de la cara, yo creo que así uno tenga pesadillas la cara sigue tiesa! Y pues dormí así!

Ya me lo he echado dos veces y no se me quitan las arcadas, vamos a ver si resisto el tratamiento… o decido envejecer con altura!"

lunes, 13 de septiembre de 2010

La maldición del tipo casado


No todos los hombres son igualmente infieles, aunque sean infieles todos.

Están los perros profesionales. Fáciles de reconocer: galantes que usan el romance con un único fin, llevarlo a uno a la cama, usan las siguientes expresiones con asombrosa facilidad: muñeca, cariño, mi amor... cuando tienen tanta confianza para hablar así, es porque Usted no es la única muñeca de su corazón... es porque tiene colección de muñecas y porque generalmente son barbies, porque eso, o algo que se parezca a eso, es además su prototipo de mujer.

Pero hay otro tipo de infidelidad, que es la del tipo en esencia bueno, que comete un error. No es igual. No pretendo dármelas de sabelotodo, ni de ser experta en juzgar el carácter de la gente (aunque soy buena), pero esto sí lo sé reconocer a la legua. A mi, el tipo del segundo post me dejó curada... reconozco esos comportamientos y me repulsan... pero la sinceridad del tipo al que le angustia desearte, porque tiene serias intenciones de serle fiel a su esposa, también la sé reconocer.

Siempre he dicho que en relación con este tipo de experiencias, es mejor que a las que no les ha pasado se queden con su boquita cerrada, porque la fila del hombre casado la estamos haciendo todas... en algún momento llegará su turno; o, en algún momento llegará que, siendo Usted la señora casada, tenga el ímpetu del deseo por alguien más... Así que no juzguen lo que sigue a continuación.

Quisiera abrirle las puertas de mi corazón de par en par. Quisiera decirle que además de la infinita ternura que me produce, quiero besarlo, no de la manera que él me ha dicho querer hacerlo (aunque me imagino que también se muere por besarme a mi), sino que quiero hacerlo hasta que no aguantemos más, quiero decirle que no quiero verlo venir a la mitad de lo que puede venir, a saludar e irse, lo deseo hasta el fin, lo quiero para mi, "quiero llevarlo del cinema a mi cuarto, a protagonizar escenas de infarto", quiero pedirle que deje a su mujer por mi... yo en resumidas cuentas, quiero a ese hombre para mi.

Sé, que como esta situación a escalado sentimientos increíbles en muy corto tiempo, es posible que así de fácil esos sentimientos (y sentimentalismos) me abandonen, pero soy egoísta y quiero lo que quiero ya para mi.

Doy gracias que se encuentra en otra ciudad... ya le he dicho (y sí, sé que es descarado) que no seré yo quien ponga los límites que deben ponerse, que eso le toca a él... cosa que repite él también, porque se siente responsable de tenernos en esta situación, y cosa que realmente se esmera en hacer, aunque no lo haga del todo bien.

No soy inocente y sin serlo, no soy culpable de nada.

Por sustracción de materia. La situación me gana por w, él simplemente no vive en mi ciudad, y eso y sólo eso me salva de ser culpable de meterme en un buen matrimonio, porque sé que eso es lo que él tiene. Sé que no lograría más, sé que no dejaría a su mujer por mi, lo sé porque no ha dicho cosas fundamentales para reconocer eso. No ha dicho que su mujer es jarta, no ha dicho que estén mal, no ha dicho que esa relación se va a acabar. Ha dicho: "te hablo de mi amor inquebrantable por ella y de mi gusto por ti, no pasa nada malo con ella y oro porque no pase..." y eso, eso tan bonito me lleva a creerle, me lleva a quererlo, me lleva a desearlo para mi, aunque nunca pueda ser totalmente para mi. Me lleva a desear que todo lo fugaz e intenso que parece ser esto, lo sea en su totalidad de una buena vez por todas.

Porque lo que quiero es tenerlo aquí, para mi, para matar el deseo y el cariño... en una cama.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

En defensa de los rapidines


No todas necesitamos una hora de juego previo. No todas tenemos problemas para lubricar. No todas amamos las maratones de 4 horas en la cama. A algunas, nos gusta el sexo que viene a lo que va. Algunas empezamos a lubricar con la sola idea del que está por llegar.

Tuve un novio que estando encima de mi, cuando yo ya había alcanzado dos o tres magníficos orgasmos, empezaba a respirar... era una respiración aprendida en clases de yoga o algo así y cuando yo lo veía haciendo esos esfuerzos por durar media hora más, empezaba una guerra de poder en la que seguramente él pensaba, "no, no me vas a hacer venir", y yo pensaba, "ya, descarado, ya", mientras mi cara decía "soy la mujer más feliz". Porque si uno no pone esa cara no logra el cometido de dar por terminada la sesión... mis amigas hablaban en estos días de diferentes estrategias:

Me hago arriba, manejo el ritmo y termino eso.
Miro con cara de placer, digo que me voy a venir y termino eso.
Gimo y termino eso.

Hemos convencido a los tipos de que todas necesitamos miles de horas para quedar satisfechas, cuando eso no es así. He conversado con muchas mujeres que no tienen problemas para lubricar y alcanzar uno o varios orgasmos, pero que después de una hora de tirar, opinan que cualquiera glándula suya se seca y que es ahí donde empieza la incomodidad. Cualquiera es frígida después de hora y media de gemir y brincar.

No estoy hablando de la eyaculación precoz, incontrolablemente precoz. Ese tema, que debe ser tratado por especialista, no será tratado acá. Pero sí podemos, desde la experiencia de la dueña de este blog, reconocer las diferencias.

Esto se refiere más a una emoción compartida, a un saberse tan complacido, tan lleno de gusto de dicha y de satisfacción, que ya puede terminar sin dejar a nadie a la mitad, a un reconocimiento de las sensaciones del otro y de, como ya he dicho en otras entradas, a la confianza que nos permite decirle al otro: si quieres terminar por mi está bien, esta no es la oficina que reparte las medallas de campeón olímpico de esta modalidad y si necesitas certificación especial, con gusto se te dará... pero descansa tranquilo, yaaaaaa, yaaaaaa...

martes, 31 de agosto de 2010

Buen sexo


¿Será cierto decir que el mejor sexo de todos es el que se tiene cuando se está enamorado?

No creo.

Hagamos otra precisión... el buen sexo y el buen amor son dos cosas distintas también. A veces, tristes veces, amamos a alguien que no nos hace felices sexualmente, el amor no es garantía... y otras veces alguien por quien no sentimos nada más que deseo, nos produce todas las correctas sensaciones. Somos animales complejos, pero al fin y al cabo somos sólo animales.

Sí, tener sexo con alguien a quien amas es hermoso... pero para buen sexo, hablemos del sexo cuando sabes que es la última vez. El buen sexo es intenso, es apasionado, esta lleno de energía, de deseo, y no estoy hablando de velocidades, que nada tienen que ver las RPM con la intensidad y la pasión de un encuentro sexual.

Tiene que ver con lo que se da y lo que se recibe. Cuando piensas que es la última vez lo das todo, lo entregas todo y por lo general lo mismo hace el otro... es sexo cargado de emociones y sentimientos. Y el sexo es capaz de hacernos sacar todo eso, y bueno, no vamos a negar que la rabia e incluso el odio son a veces buenos aderezos.

Al contrario de la primera vez, donde todo es exploración, y que, como sabemos, en el camino de explorar pueden recorrerse muchos caminos que no llevan a ningún lado, las últimas veces están llenas de seguridades: así me quisiste, así te elevo, así te enciendo, así te miro, así te beso. Te conozco y cuando mejor te conozco, te dejo.

¿Cómo negarse a una última vez?

¿Cómo decir que no a sabiendas de que puede esperarnos uno de los polvos de nuestras vidas? sabiendo que ese polvo sólo tiene sentido si de verdad piensas que hasta ahí serás capaz de llegar, porque esa relación que dejas o que te deja, no tiene sentido más que en esos momentos.

Es verdad, uno puede vivir el último polvo varias veces con el mismo sujeto, pero nada como la primera última vez. Recuerdo la historia del pastorcito mentiroso, nuestro cuerpo también aprende a reconocer las falsas señales de las relaciones eternas de ir y volver y así, nos sorprende el último polvo sin saber que eso fue. El último, donde no dimos nada de más y donde recibimos el tedio de siempre. Nada peor que no recordar cuándo fue la última vez, tan insignificante, tan habitual, vino y se fue.

Es triste que en el catálogo de los mejores polvos se encuentren aquellos que no volverán a ser, aquellos que sólo pueden ser una vez.

domingo, 29 de agosto de 2010

Sexo por sexo


Partamos de la base de que sexo y amor son dos cosas independientes. Para las lectoras que conozco y que llegan hasta acá la aclaración sobra, pero como este blog tiene la fortuna de habitar la red donde puede caer en manos que opinen distinto, dejo plasmado primero esa aclaración. Para mi, son dos cosas diferentes.

Sin embargo sexo y confianza (sin incluir al amor) sí son dos cosas que funcionan muy bien juntas. Sexo con el ex que ya no queremos, sexo con el amigo que deseamos pero que no amamos, sexo con el compañero de trabajo al que no nos interesa mezclar en nuestra vida íntima, sexo con el ex, sexo con el ex, sexo con el ex.

Esta historia no es así, esta es una historia de sexo, sólo sexo. Y lo que vino después.

Lo conocí por facebook, pero no porque lo viera y dijera "oh chico lindo, agreguémoslo", no. En esa época yo no agregaba en facebook a nadie que no conociera, era dizque cautelosa, pff, como si yo supiera qué es eso. El caso es que él escribe. Un día me encontré con un texto suyo relacionado directamente con mi trabajo. Me gustó mucho, así que me puse en contacto. Soy curiosa y le conté que me pasé por todas sus fotos y que no entendía cómo no nos conocíamos. El conocía mi trabajo y yo jamás lo había visto, me parecía rarísimo. En ese primer correo mandé saludes a su familia y a su novia - sí, tiene novia - para matizar un poco el tema y no quedar como la más coqueta, pero era coquetería, debo reconocerlo.

Me agregó en msn y empezamos a conversar. El primer día me dijo que quería conocerme y darme un abrazo. Al día siguiente había algo relacionado con mi trabajo así que le dije que sí, que claro, que al día siguiente nos veríamos y le daría un abrazo. La conversación siguió y para cuando nos despedimos ya íbamos en que nos daríamos un beso donde nadie nos viera.

No me pregunten por qué el tipo me impulsaba a comportarme de esa manera. No hablaba lindo. Decía las cosas directamente y sin adornos. "Eh, yo lo que quiero es darle un beso", pero como preámbulo no había un "me pareces linda", "me gustas mucho", "tan inteligente", "que mujer tan interesante"... nada de eso... le quiero dar un beso y punto. Eso me atraía.

Nos vimos al día siguiente y no hubo nada de eso. Era tal como lo imaginaba, una sonrisa hermosa. Volvimos a conversar por msn. "Eh, yo lo que quiero es comérmela". Y yo dije que sí, que bueno, que también quería... debo confesar que pensé que no lo haría, pero me dije también que daría un paso a la vez, sin decir que no a ninguno y que así vería hasta dónde me llevaría. ¿Hasta dónde pensé que me llevaría? ¿A dónde podía llevarme esa política? La respuesta era obvia, pero yo creía que no podría.

Quedamos en vernos un día cualquiera a las 4 de la tarde en mi casa. Salí del trabajo y compré unas cervezas. Recuerdo decirme: Soledad tú tienes que poder comerte un tipo y nada más.

Empezamos conversando en el sillón de mi apartamento y, a la primera carcajada nerviosa que me hizo moverme, él se acercó y me tomó la mano... me di cuenta de que como él decía, era bien moreno. El contraste con mi piel era realmente drástico. Me dijo "venga para acá" y yo contesté "venga usted"... Se acercó y me beso. Unos labios grandes que se sentían más grandes de lo que se veían, la sensación extraña de besar a alguien a quien no le conoces muy bien el rostro. Nunca, hasta ese momento, me había quitado la ropa con tanta tranquilidad. Decidida. No lo conocía y esa era la segunda vez que lo veía en mi vida. Estuvo bien... o regular. Un rato después su novia lo llamó, tenía que irse.

Dejamos de hablar más de un mes y pensé que nunca lo volvería a ver. Y eso, extrañamente, no me generaba ningún sentimiento especial. No me sentí usada, ni me sentí como un objeto. Sólo pensaba que éramos dos adultos experimentando formas nuevas de relacionarnos. A cualquier duda en ese sentido que mis femeninos sentimientos me traían queriendo sabotearme, yo me contestaba con claridad que la experiencia era mía, para evitar pensar que era mi experiencia CON él. Porque las viejas solemos darle mucha importancia a los tipos... yo no quería hacer eso con este tipo. Por lo que le leía - seguía leyéndolo - me daba la sensación de ser un cínico y no quería sentirme vista de esa manera, así que lo evitaba.

Luego de un mes volvimos a hablar. Yo puse el tema; lo recuerdo bien... sólo por contarle algo que me pasaba y sobre lo que quería una opinión profesional. Fue él quien volvió a hablar de encontrarnos. Esta vez yo lo recogería en mi carro, nos pasearíamos por la ciudad mientras yo se lo chupaba y terminaríamos en un sitio alto tirando con la vista de la ciudad detrás de nosotros. Así fue y fue fantástico. Cómo no, con semejantes circunstancias de modo y lugar. Me gusta los tipos que dejan ver lo que les producimos.

Así empezó una situación (no es una relación, yo no me siento en una relación) que ya lleva más de un año, en la que cada uno de los encuentros es más atrevido que el anterior... hemos desarrollado personajes, que sólo existen en nuestras conversaciones, porque aunque hemos intentado llevarlos a escena cuando nos vemos, rápidamente pasamos a los hechos en los que siento que cada uno prefiere ser cada uno. Pero esos personajes sin duda alimentan y nutren esto que nos pasa.

La única información que tengo de él es lo que logro conocer por lo que hablamos, no conozco a nadie que pueda hablarme sobre quién es y a él le pasa igual. Así, he descubierto cosas mías que no tenía muy definidas: un día me dijo que no fuera tan irascible... yo me tenía como explosiva, pero irascible fue un atributo nuevo... me gustó saber que a veces soy irascible, porque me gusta pensarme, reflexionarme; él ayuda. Ahora, luego de un año largo siento que también yo lo conozco mejor...

Cada que nos veíamos nos saludábamos sin saber bien dónde darnos el beso y nos despedíamos igual... la última vez yo, que estaba hablando por teléfono, me le paré en frente y le estiré la boca mirándolo directamente a los ojos, él me dio un pico de despedida justo en la boca... por fin, natural.

viernes, 20 de agosto de 2010

El gadget femenino


"Por qué no te compras uno, no?"

Tuve que esperar que el tipo interesante con el que tiro de vez en cuando, sin que medien sentimientos, me lo dijera así tan claro, para tomar la decisión de comprar un vibrador. A mi edad - ya estoy grandecita - no había tenido ninguno. ¡Hay tantas cosas que me he demorado tanto en hacer!. Siempre que quería masturbarme tenía a mano mi mano y me había quedado pensando en que eso era todo lo que necesitaba... aunque nunca descarté la idea de tener un "instrumento de placer" como ese, pero como todo lo demás que se ha demorado en llegar, ha sido más por falta de diligencia, porque uno se aplica en las tareas y como ya vimos, hasta las más alocadas llegan.

El caso es que pregunté a una amiga mía. Me recomendó varias páginas, pero la que mas me gustó fue www.lelo.com. Y todo como en mi, el gusto vino por una cuestión estética, desde la página limpia y bien hecha, como la descripción de materiales y funciones en un estilo franco y elegante (a mi modo de ver), nada de cursilerías.

Hice la compra, en la cual obtuve un 10% de descuento porque llené una encuesta virtual que preguntaba sobre la masturbación y para la cual creo no haber aportado ningún dato útil o revelador de la conducta femenina... Tardó aproximadamente 20 días en llegar y después de presentarlo en sociedad (a todo el mundo se lo mostré) todavía me demoré unos días en ponerlo a funcionar.

De Lelo lo mandan debidamente cargado para que no sea sino llegar y usted empezarlo a usar, pero bueno, como digo, yo me demoré tal vez otro mes.

Debo decir:

Supera al original como instrumento de placer, todos los días, a cualquier hora. Así como éste es incapaz de preñar, en todo lo demás cumple su función con un indice de satisfacción, que en mi caso es del 100%. Lo bueno del original es a lo que viene pegado, pero eso tiene que ver es con que Usted sea suficientemente inteligente o afortunada (no sé bien a qué se debe) como para conseguirse uno que venga pegado de un tipo que valga la pena. La tarea es suya; el adminículo en cuestión no da garantía de nada sobre lo que viene adherido.

Éste tiene dos motores, 10 velocidades y 10 funciones. El tipo que me recomendó comprarlo me dijo que el suyo tenía 6 funciones, pero fue incapaz de explicarlas todas y, sobre las que él mencionó, yo sólo conozco dos (on - off), las otras son del tipo fisiológico, que carecen de interés sexual. No hablamos de las velocidades, pero habría que decir por lo menos, que sucede a veces que usted quiere la velocidad número uno (lento) y al señor le da por la número dos (rápido)... el gadget no. El gadget tiene unos botoncitos muy claros, y hace lo que se le ordena. Además es clara la diferencia entre la velocidad uno, la velocidad dos y la velocidad 10, otorgando un proceso bien escalado de sensaciones. También hay que decir que el gadget no gotea ni tiene escapes tan "gravidosos" como los que tiene el original.

En conclusión y habiéndolo comprado, lo único que lamento es no haberlo hecho antes, tengo mucha tarea pendiente, estoy atrasada... me voy! I have a job to do!

lunes, 16 de agosto de 2010

Ellas


No habría otro espacio para contar lo que me ha pasado. La última semana estuvo llena de novedades. La primera: el tipo que venía comiéndome hace un año ha decidido que hasta acá estuvo bueno. Ha salido corriendo al primer movimiento de su novia, quien le ha advertido que tenga cuidado conmigo. Que tal vez a mi, él, me guste. Él ha contestado lo mejor que puede contestarse en esos casos: sí, yo creo. Y para mi está bien. Ya empezaba a asustarme lo que sentía, la conexión la siento fuerte, además de lo sexual. El tipo sabe conversar y yo no lo hago mal; y una relación en la que uno se "entiende" sexual e intelectualmente, puede tener "mal" pronóstico. Así que mejor bajarle a la intensidad, y dejarlo ahí. Let's call it even!

Claro que me dio tristeza. Mi hermano, quien nunca ha estado de acuerdo con esa relación, no fue capaz de preguntarme "y ¿Cómo te sientes?" lo que me dejó también con la necesidad de decirle que abandone su puto estandarte de superioridad moral y baje a la tierra de los normales conmigo a llorar un poco esa situación. Cosa que hasta la fecha no he hecho. Ya no sé si lo haré.

Luego contaré por qué era tan interesante tirar con este tipo, pero hoy quiero contar otra cosa.

Estuve en otra ciudad finalizando la semana. Cada año me encuentro con gente de todo el país por una situación de trabajo. Cada año hay que esquivar a los tipos de otras regiones que ven esos encuentros como las oportunidades perfectas para encontrar con quien pichar sin consecuencias. A mi no me gusta esa actitud cazadora y primaria que tienen los tipos. No me fijo. Soy cordial y todo lo que quieran, salgo y hago chistes. Pero esa actitud sobradota no les va a conseguir nada conmigo. Sin embargo, las cosas que se dan, porque simplemente suceden, porque se hace una conexión que uno casi que puede ver con los ojos, me encantan.

Al finalizar uno de los días de trabajo, acordamos todos irnos a comer. A la salida del hotel vi un tipo lindo, con una característica física a la que soy proclive: era calvo. Se lo comenté a una compañera de Cartagena.

"Sí, pero es gay"
"Sí, y va con el novio, me da mucha pena por los homosexuales que no pueden andar por la calle tranquilos tomados de la mano"
"Tú no sabes cómo me duele eso a mi"

Al llegar al sitio, nos sentamos juntas.

"Te voy a contar un secreto"

Claro, es gay. Me contó detalles de sus relaciones, porque yo conozco a alguien con quien salió mucho tiempo. Nos pusimos a especular sobre la condición de las demás personas que nos acompañaban esa noche y estuvimos de acuerdo en todos los casos.

"Y, ¿tú qué piensas de mi?"
"Síiiii, tu tienes algo de eso"

Me dio mucha risa, y me acordé de todos mis amigos homosexuales que tienen la misma opinión sobre mi. Creo que se corresponde con una postura que tengo clara hacia el tema y es que si esta raza ha de evolucionar, tiene que hacerlo hacia el bisexualismo. Me explico: si tendemos a fijarnos más en el alma de la gente que en el estuche, pues lo normal es que nos guste la gente independientemente del cuerpo en el que venga su esencia. Es algo que siempre he defendido, yo que no me callo nada. Me gusta mucho lo que dice Miguel Bosé al respecto: Hacer el amor con un hombre es simplemente otra forma de hacer el amor.

Pero yo me tengo por heterosexual. Así me pienso, por lo tanto así es. No me siento tan evolucionada. Así se lo dije también, para que de una vez quedaran las cosas claras... Pero la vaina es que yo también me siento aventurera y no quiero llegar a vieja pensando, pude y me amedrenté. Esa es sobretodo la postura que impera en mi vida.

Llegamos al hotel. Estábamos en el mismo piso y empezaron los mensajes de texto, hasta que fui yo quien texteó: Ven pa'cá.

Es raro que hayan 2 pares de tetas. Eran muy lindas las de ella. Como primera experiencia para mi, estuvo suave debido a que ella (la desgracia de ser mujeres) tenía la menstruación. Por lo que el área principal de juego se limitó a mis predios. Algo me dijo que es cierto: las mujeres no nos cansamos como los tipos; me dormí realmente agotada después de toda la faena y al día siguiente todo mi cuerpo se resistía a empezar el día y a tener que cumplir con mis obligaciones.

Sobre la teoría esta que dice que las mujeres sabemos mejor sobre otras mujeres, debo decir que hubo momentos en que pensé que eso era cierto, pero la mayoría del tiempo se sintió tan bien como con los hombres con quienes he estado. Lo que sí es verdad es que todo es más suave, más tierno y delicado, pero cuando hubo necesidad de subirle a la fuerza y a la intensidad, esta niña no se dejó intimidar.

Me dijo cosas bonitas: tú pareces sabida. Con ese acento costeño que hace que la palabra sabida suene el doble de bueno. "Tú no eres ninguna mojigata", ella estaba muy preocupada por cómo me sentiría yo después de mi primera experiencia homosexual.

La verdad es que además de que me parece que es un cuento gordo, y un chisme buenísimo para quienes me conocen, y a quienes les voy a contar, la experiencia en sí misma no me parece significante de nada diferente de lo que ya hago. De lo que ya creo que me gusta de esas cosas: contar la experiencia entre las cosas que ya he hecho. Acumular sensaciones (mientras puedan permanecer en el recuerdo), y dejar que lo entretenido traiga su propio mensaje, que creo que siempre lo hay.

Para mi el que mejor lo resume como ya lo dije es Miguel Bosé. Fue simplemente otra manera de hacer el amor. Así lo sentí. Bonito, de buena energía y buen corazón.

domingo, 11 de julio de 2010

Así...

"Tiene 20 años y es virgen". Eso fue lo que le dijo Marcela al tipo que tenía a Soledad borracha en la cama del cuarto de la muchacha del servicio.

Ese viernes ella sabía que él, eventualmente, llegaría a visitarla a ella con la excusa de visitarlos a todos. "Hola muchachos, mi señora no está. Qué les parece si nos vamos para mi apartamento y nos enrumbamos allá, yo pongo el trago y la comida". Fueron todos, todos tomaron, todos se emborracharon. Todo eso para tener la excusa de emborracharla a ella. Lo logró.

Cuando llegaron a su casa hicieron un recorrido: "la polvera" dijo cuando les mostró el cuarto matrimonial.

Esa noche, o mejor, ese amanecer, después de que todos los demás invitados se habían ido, tuvo relaciones con ella 7 veces. Una niña de 20 años que era virgen.

Marcela entró por ella al cuarto de la muchacha del servicio:

"Soledad, ¿cuatro por cuatro?"
"¿Qué?"
"¿Cuatro por cuatro?
"¿Doble tracción?"
"No Soledad, ¿cuatro por cuatro?"
"¿16?"

"Ella se va a quedar acá" dijo el tipo, tomando a Marcela por el brazo y quitándosela del lado. "Tiene 20 años y es virgen" alcanzó a decir Marcela antes de irse definitivamente.

Se sintió como un aguijón. Sin juego previo, sin cuidado, sin condón. Siete veces. Sangró y sangró.

Su corazón cambió.

Así, justo así, es como llega la vida y nos golpea, así, justo así, es como se pierde la inocencia... lo de la virginidad fue una desafortunada coincidencia.

Por qué

Porque quiero hablar de sexo. Porque no me siento cómoda hablando de sexo desde mi identidad real. Porque quiero hablar de mi corazón y de mi cuerpo. Quiero procesar escribiendo las historias de las que hago parte. Porque han dicho (he leído) que no puede hacerse bien hecho, quiero ver cómo me sale a mi si me propongo hacerlo.