lunes, 16 de agosto de 2010

Ellas


No habría otro espacio para contar lo que me ha pasado. La última semana estuvo llena de novedades. La primera: el tipo que venía comiéndome hace un año ha decidido que hasta acá estuvo bueno. Ha salido corriendo al primer movimiento de su novia, quien le ha advertido que tenga cuidado conmigo. Que tal vez a mi, él, me guste. Él ha contestado lo mejor que puede contestarse en esos casos: sí, yo creo. Y para mi está bien. Ya empezaba a asustarme lo que sentía, la conexión la siento fuerte, además de lo sexual. El tipo sabe conversar y yo no lo hago mal; y una relación en la que uno se "entiende" sexual e intelectualmente, puede tener "mal" pronóstico. Así que mejor bajarle a la intensidad, y dejarlo ahí. Let's call it even!

Claro que me dio tristeza. Mi hermano, quien nunca ha estado de acuerdo con esa relación, no fue capaz de preguntarme "y ¿Cómo te sientes?" lo que me dejó también con la necesidad de decirle que abandone su puto estandarte de superioridad moral y baje a la tierra de los normales conmigo a llorar un poco esa situación. Cosa que hasta la fecha no he hecho. Ya no sé si lo haré.

Luego contaré por qué era tan interesante tirar con este tipo, pero hoy quiero contar otra cosa.

Estuve en otra ciudad finalizando la semana. Cada año me encuentro con gente de todo el país por una situación de trabajo. Cada año hay que esquivar a los tipos de otras regiones que ven esos encuentros como las oportunidades perfectas para encontrar con quien pichar sin consecuencias. A mi no me gusta esa actitud cazadora y primaria que tienen los tipos. No me fijo. Soy cordial y todo lo que quieran, salgo y hago chistes. Pero esa actitud sobradota no les va a conseguir nada conmigo. Sin embargo, las cosas que se dan, porque simplemente suceden, porque se hace una conexión que uno casi que puede ver con los ojos, me encantan.

Al finalizar uno de los días de trabajo, acordamos todos irnos a comer. A la salida del hotel vi un tipo lindo, con una característica física a la que soy proclive: era calvo. Se lo comenté a una compañera de Cartagena.

"Sí, pero es gay"
"Sí, y va con el novio, me da mucha pena por los homosexuales que no pueden andar por la calle tranquilos tomados de la mano"
"Tú no sabes cómo me duele eso a mi"

Al llegar al sitio, nos sentamos juntas.

"Te voy a contar un secreto"

Claro, es gay. Me contó detalles de sus relaciones, porque yo conozco a alguien con quien salió mucho tiempo. Nos pusimos a especular sobre la condición de las demás personas que nos acompañaban esa noche y estuvimos de acuerdo en todos los casos.

"Y, ¿tú qué piensas de mi?"
"Síiiii, tu tienes algo de eso"

Me dio mucha risa, y me acordé de todos mis amigos homosexuales que tienen la misma opinión sobre mi. Creo que se corresponde con una postura que tengo clara hacia el tema y es que si esta raza ha de evolucionar, tiene que hacerlo hacia el bisexualismo. Me explico: si tendemos a fijarnos más en el alma de la gente que en el estuche, pues lo normal es que nos guste la gente independientemente del cuerpo en el que venga su esencia. Es algo que siempre he defendido, yo que no me callo nada. Me gusta mucho lo que dice Miguel Bosé al respecto: Hacer el amor con un hombre es simplemente otra forma de hacer el amor.

Pero yo me tengo por heterosexual. Así me pienso, por lo tanto así es. No me siento tan evolucionada. Así se lo dije también, para que de una vez quedaran las cosas claras... Pero la vaina es que yo también me siento aventurera y no quiero llegar a vieja pensando, pude y me amedrenté. Esa es sobretodo la postura que impera en mi vida.

Llegamos al hotel. Estábamos en el mismo piso y empezaron los mensajes de texto, hasta que fui yo quien texteó: Ven pa'cá.

Es raro que hayan 2 pares de tetas. Eran muy lindas las de ella. Como primera experiencia para mi, estuvo suave debido a que ella (la desgracia de ser mujeres) tenía la menstruación. Por lo que el área principal de juego se limitó a mis predios. Algo me dijo que es cierto: las mujeres no nos cansamos como los tipos; me dormí realmente agotada después de toda la faena y al día siguiente todo mi cuerpo se resistía a empezar el día y a tener que cumplir con mis obligaciones.

Sobre la teoría esta que dice que las mujeres sabemos mejor sobre otras mujeres, debo decir que hubo momentos en que pensé que eso era cierto, pero la mayoría del tiempo se sintió tan bien como con los hombres con quienes he estado. Lo que sí es verdad es que todo es más suave, más tierno y delicado, pero cuando hubo necesidad de subirle a la fuerza y a la intensidad, esta niña no se dejó intimidar.

Me dijo cosas bonitas: tú pareces sabida. Con ese acento costeño que hace que la palabra sabida suene el doble de bueno. "Tú no eres ninguna mojigata", ella estaba muy preocupada por cómo me sentiría yo después de mi primera experiencia homosexual.

La verdad es que además de que me parece que es un cuento gordo, y un chisme buenísimo para quienes me conocen, y a quienes les voy a contar, la experiencia en sí misma no me parece significante de nada diferente de lo que ya hago. De lo que ya creo que me gusta de esas cosas: contar la experiencia entre las cosas que ya he hecho. Acumular sensaciones (mientras puedan permanecer en el recuerdo), y dejar que lo entretenido traiga su propio mensaje, que creo que siempre lo hay.

Para mi el que mejor lo resume como ya lo dije es Miguel Bosé. Fue simplemente otra manera de hacer el amor. Así lo sentí. Bonito, de buena energía y buen corazón.

4 comentarios:

  1. La imagen que acompaña el texto, es una foto que hay en el hotel donde nos quedamos, ella me la mandó por twitter. Ella no sabe que tengo esta cuenta.

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  3. Las mujeres se miran al espejo, juntas en un baño, comparten sus sueños mientras se acicalan el cabello mutuamente y sueñan…

    Las mujeres son amigas, se toman de la mano caminan por una calle envueltas en un abrigo de sonrisas cuando salen del colegio, mientras hablan de cosas que solo a ellas les importan y nada mas existe en el mundo.

    Las mujeres tienen su universo, su pequeño mundo en la intimidad… cuando los hombres no las ven, sean amigas, enemigas, rivales, familia, compañeras, o amantes…
    Es un universo divino, delicado, apasionado, temperamental, lleno de amores, pero también de rencores, porque así somos las mujeres… llenas de contrastes.

    Confieso que soy yo ese otro par de tetas que estuvo con Soledad esa noche en la habitación 601 y aun que no era mi primera vez, sentí el sustico y las mariposas de quien vive esa experiencia… Aun hoy, días después las sigo sintiendo y me regodeo en las imágenes, en los olores, los sabores y las texturas de aquel claroscuro, donde sin mayor prevención desojamos nuestros egos, nuestros miedos, nuestros cuerpos y a tientas nos reconocimos la una a la otra.

    Quisiera decir muchas cosas, pero no es la idea y confieso también, que tampoco lo tengo todo claro.
    Me da curiosidad su curiosidad, me atrae su espontaneidad, su frescura, su buena energía en la que coincidimos, es algo que se entiende más por un lenguaje diferente al de las palabras, pero que se comunica a las mil maravillas por la piel.
    Mi vida y su vida, con sus cargas propias, distantes en tiempo y espacio, se tocaron esa noche… y la energía (que nunca se destruye) se transformó en un dulce sortilegio que el universo siempre nos deja caer como una fresca gota de agua inesperada. El eterno regalo de la naturaleza en su inagotable vaivén de la “evolución”
    Hasta cuando, como y de qué forma…?
    No lo sé.
    Pero le doy gracias!

    Como dice uno de mis poetas contemporáneos favoritos en una de sus canciones: “Estas conmigo, estamos cantando a la sombra de nuestra parra una canción que dice que uno solo conserva lo que no amarra… y sin tenerte te tengo a vos… “

    Para celebrar los maravillosos movimientos de la vida, 2 canciones del poeta:
    http://www.youtube.com/watch?v=9PpR46ZfpYs&feature=related

    http://www.youtube.com/watch?v=sA_7L5olktk&feature=related

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  4. Personajes especiales son bien pocos y difíciles de encontrar, pasan por ahí como vientos juguetones, se acercan y se van.... pero cuando logras conectarte con ellos se puede armar un gran tornado, y cuando este pasa y todo esta en calma, te invade un inmenso calor por todo tu cuerpo, esa sensación siempre se quiere repetir....
    Que bueno seria conocer a Soledad y porque no al otro par de tetas, :)

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