miércoles, 8 de septiembre de 2010

En defensa de los rapidines


No todas necesitamos una hora de juego previo. No todas tenemos problemas para lubricar. No todas amamos las maratones de 4 horas en la cama. A algunas, nos gusta el sexo que viene a lo que va. Algunas empezamos a lubricar con la sola idea del que está por llegar.

Tuve un novio que estando encima de mi, cuando yo ya había alcanzado dos o tres magníficos orgasmos, empezaba a respirar... era una respiración aprendida en clases de yoga o algo así y cuando yo lo veía haciendo esos esfuerzos por durar media hora más, empezaba una guerra de poder en la que seguramente él pensaba, "no, no me vas a hacer venir", y yo pensaba, "ya, descarado, ya", mientras mi cara decía "soy la mujer más feliz". Porque si uno no pone esa cara no logra el cometido de dar por terminada la sesión... mis amigas hablaban en estos días de diferentes estrategias:

Me hago arriba, manejo el ritmo y termino eso.
Miro con cara de placer, digo que me voy a venir y termino eso.
Gimo y termino eso.

Hemos convencido a los tipos de que todas necesitamos miles de horas para quedar satisfechas, cuando eso no es así. He conversado con muchas mujeres que no tienen problemas para lubricar y alcanzar uno o varios orgasmos, pero que después de una hora de tirar, opinan que cualquiera glándula suya se seca y que es ahí donde empieza la incomodidad. Cualquiera es frígida después de hora y media de gemir y brincar.

No estoy hablando de la eyaculación precoz, incontrolablemente precoz. Ese tema, que debe ser tratado por especialista, no será tratado acá. Pero sí podemos, desde la experiencia de la dueña de este blog, reconocer las diferencias.

Esto se refiere más a una emoción compartida, a un saberse tan complacido, tan lleno de gusto de dicha y de satisfacción, que ya puede terminar sin dejar a nadie a la mitad, a un reconocimiento de las sensaciones del otro y de, como ya he dicho en otras entradas, a la confianza que nos permite decirle al otro: si quieres terminar por mi está bien, esta no es la oficina que reparte las medallas de campeón olímpico de esta modalidad y si necesitas certificación especial, con gusto se te dará... pero descansa tranquilo, yaaaaaa, yaaaaaa...

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