No sé si ese juego les guste a algunas adolescentes o a algunas adultas, aunque parece una cosa de 15 años, pero yo no tengo ganas de 3 meses de coqueteos para luego, jarta y cansada de tan intensos, poder decir francamente que creo que no quiero.
Así que digan de entrada lo que quieren, piensen bien de nosotras y sepan que no nos sentiremos ofendidas porque quieran comernos.
Al contrario, parte del problema de decir que no es que eso siempre es un halago... esa honestidad juega a su favor.
Aunque creo que en este caso diré que no quiero.
El mundo cambia, pero los hombres no. Así como Soledad prefiere la franqueza, otras, la sutileza. Eso pone en el peor de los escenarios a los hijos de Adán. Cómo jugar en cada caso. Entonces actuar, según la apetecida? Tampoco. Lo ves muy fácil, donde todo es difícil. Seguro.
ResponderEliminarSeguramente. Pero creo que también lo ponemos más complicado de la cuenta. Qué bueno que encontráramos un equilibrio.
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