Tengo una amiga, Isabel, con quien comparto la info de este blog, no a manera de texto sino en entretenidas conversaciones de mujeres, de las que después habrá que hablar a profundidad.
Isabel que es una amiga de las que uno no se encuentra todos los días, ha creado el texto que pego a continuación y, aunque ella tiene blog (yo tengo otro con mi nombre real), hay diferentes textos para diferentes escenarios y para diferentes públicos; este texto es como para este blog y como para ustedes, señoras y señores...
Isabel y yo hemos decidido incluir al final los comentarios que se han generado a raíz de este tema entre las amigas, todos copiados y pegados sin ediciones de ningún tipo y que nos parecen - a Isabel y a mi - igualmente graciosos.
Señoras, atentas, aquí va la receta última contra la vejez y sí, tiene que ver con el sexo, ¿no es acaso la vida maravillosa?:
"Resulta que mi socia, mujer de 40 años sin una sola arruga en la cara, la semana pasada me mostró una foto de ella hace 15 años, foto en la cual sale exactamente igual que hoy en día y me dio el tip: semen! Si señoras, semen a manera de crema antiarrugas, como este tip ya me lo habían dado y yo por escrupulosa ya tengo una buena pata de gallina, pues decidí dejar el asquito de lado y empezar a aplicar la técnica.
Lo primero fue contarle a mi señor marido a ver qué cara hacia y él como si nada dijo que buenísimo! Entonces yo muy valiente conseguí un tarrito para poner allí el líquido gelatinoso, que según las sugerencias de mi hombre debíamos almacenar en la nevera.
Primer detalle: yo conseguí el tarrito metálico, si ya sé que me van a decir que por qué, pues porque fue lo único que vi con el tamaño ideal, entonces mi marido lo primero que me dijo fue que ese no servía porque se oxidaba, yo ni siquiera había caído en cuenta.
Pues bueno sin tener tarrito porque no lo había conseguido, pues tiramos y yo no iba a dejar perder la formula de la eterna juventud, entonces lo primero que paso fue que cuando terminamos el muy querido me paso el condón lleno sin derramar una gota.
Yo nunca! Nunca! Nunca! Había cogido un condón después de, entonces primera sensación: esta vaina da un asquito! Si yo sé todo lo que había por fuera era mío, pero igual me dio cosita! Lo segundo: sacar la poción de allí… eso me pareció peor! Porque toca escurrirlo, entonces mientras yo hacía cara no se de qué, mi marido me miraba muerto de la risa. Tercer paso: echárselo en la carita! Yo, sin pensarlo mucho me lo eché, pero entonces decidí atacar toda la zona, esto era cara y cuello, sin caer en cuenta que si lo echaba cerca de la nariz, pues obvio: olía! Dio mío! Casi me muero, me alcanzaron a dar arcadas, entonces el muy proactivo, saco un tarrito de Vic Vaporuv para que me untara un poco en cada fosa nasal, según él, eso hacen los del anfiteatro y la verdad si alivia un poco.
Esta vaina se seco y claro ahí entendí cual era el truco, uno queda como si se hubiera llenado de botox, no se le mueve ni un musculito de la cara, yo creo que así uno tenga pesadillas la cara sigue tiesa! Y pues dormí así!
Ya me lo he echado dos veces y no se me quitan las arcadas, vamos a ver si resisto el tratamiento… o decido envejecer con altura!"