La tranquilidad que me da saber que no hay nada que puedas hacer y la seguridad de saber que por eso no harás nada. Además de que seguramente ya no te quedan ganas de hacer nada y como notas, a mí tampoco me quedan ganas de que hagas nada.
Por eso nos quedan las formalidades.
Ahórratelas.
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