Le solicité una audiencia a J. Toda formal para ver si entiende la lora que voy a seguir dando con el asunto de "nosotros" y a ver si vamos terminando con la lora, o si cambia la lora.
Una amiga sugirió que llenara mi casa de peluches en posición de juzgado. Cuando recordó que no tengo peluches sugirió que dibujara muchos ojos y los pegara de la pared. A ella le pareció chistosísimo y yo pensé que sería muy cruel. Las dos cosas.
Las audiencias son para ser oído, pero la verdad es que espero que él hable primero. Pienso por él, digo lo que pienso que él piensa y creo que a veces ni lo oigo por andar pensando en lo que él debería decirme. Me toca sentarme a esperar que piense lo que él quiere en tiempo real. Es un proceso lento porque él piensa con mucha calma. Es decir, me toca quedarme callada con cara de "lo que digas estará bien y tómate el tiempo que quieras". Necesito hacer yoga y convertirme en una persona muy zen para mañana por la tarde. Es imposible no adelantarse, tengo bastante resuelta esa reunión, pero las partes merecen ser escuchadas. Esta semana hice dos consideraciones adicionales: 1. es posible que él se vaya de la ciudad en febrero y 2. llegó diciembre con su alegría. No está tan claro que vaya a pasar mañana.
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