Le conté lo que hablé con mi mamá...
- Mami, si no te ibas a ir nunca, si no ibas a tomar nunca la decisión de dejar a mi papá, ¿por qué mejor no te quedaste callada en lugar de hacer evidente que te podían faltar al respeto cuantas veces fuera?
- Tienes razón... debí hacerme la loca.
Uno escoge cuál dignidad quiere mantener, pero ambas - la de irse o la de quedarse callada - son válidas.
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